En mi caso, heredé de mis abuelos y de nuestro linaje ancestral, los conocimientos de los chamanes Andinos del Perú de quienes aprendí a través de sus prácticas ancestrales como curar el alma y transformar la mente a través del uso de rituales con Plantas Sagradas, ofrendas, trabajos de Medicina Energética Chamánica, etc.

Mi historia como canal empieza desde bebé, viviendo en la región del Cusco, recuerdo desde los 2 años de edad el ángel que me acompañaba en mi cuna. A los 5 años tuve una primera iniciación, cuando se me mostró a través de un “sueño” lucido una vida pasada en la que trabajé con libros de códigos sagrados mostrados como Geometría Sagrada, en otras palabras, se me introdujo a la matriz divina, lo que hoy llamamos campo cuántico. A los 7 años tuve mi primer contacto con la diosa Isis, cuando de la nada descargue su nombre de la matriz, sin saber quién era ella, y le puse su nombre a la banda musical que forme con mis pequeñas amigas. A los 13 años, premonicé la muerte del padre del novio de una amiga. Él falleció dos semanas después, hecho que me impacto profundamente y me distanció momentáneamente de estas especiales habilidades que aún necesitaban madurar para ser entendidas por los demás.

A los 16 años tuve un primer contacto profundo con la energía crística. En tres episodios diferentes, se me presentaron por separado la Madre María, el Espíritu Santo y el maestro ascendido Jesús, con quien caminé por la playa mientras sostuvimos una conversación acerca de la fe.

En otro momento de mi juventud, de forma espontánea, entré en contacto directo con el gran misterio, el creador, Dios. Esto cambio mi vida para siempre, de pronto la razón de mi existencia estaba clara, aunque no sabía de qué forma podría integrarla al mundo. Por esa época me encontraba atravesando el momento más doloroso de mi vida, porque había perdido a un ser amado en manos de la oscuridad y toque fondo cuando se me mostró y conocí por primera vez cómo un alma puede perderse en la polaridad negativa. Fue doloroso y me sentí morir muchas veces, pero he de aceptar que, de aquella experiencia, aprendí a identificar espíritus oscuros, energías densas, seres de polaridad contraria, etc… y en equilibrio dual, aprendí a transmitir sanación, curación, llevar amor y expandir luz con todas mis fuerzas. Reafirme mi misión de servicio para la polaridad de la LUZ.

Aquella experiencia, hoy me sirve para ayudar a muchos que luchan contra casos severos de resistencias y densidades. Las personas cercanas a mi círculo sabían de mis particularidades y talentos místicos, pero no me dedicaba a ello. Estudié para convertirme en abogada, mi sentido de justicia entre el bien y el mal se hacía presente en mi vida física, y de noche practicaba mis dones con el afán de no perder mi esencia. Es ahí cuando adquirí la maestría de la manifestación. Puedo decir firmemente que la maravillosa abundancia en la que vivo, la visioné entonces, es todo lo que soy, hago y tengo hoy.

En un ciclo de 11 años que empecé el 11/11/2011 aterricé en los Países Bajos para vivir con el amor de mi vida. Pasé de vivir en las alturas Andinas a vivir bajo el nivel del mar. Este cambio despertó en mi sistema, una profunda reconfiguración biológica y se activaron códigos de mi ADN que me motivaron a expandir mi misión de servicio místico espiritual. Dentro de ese ciclo también me convertí en madre de dos niños, y es en la maternidad que viví la fractalidad del ser desde su punto más puro y lumínico. En aquel entonces, no era una persona pública. Las personas que buscaban mi ayuda, llegaban por recomendación. Pero llegando a término el ciclo de 11 años,
recibí una visita espiritual que dejó muy claro cómo debía ponerme al servició del bien mayor desde un punto global, significaba empezar a ayudar a personas fuera de mi habitual entorno y vivir una impresionante exposición externa.

Así, ya viviendo en Barcelona, llegaron a mi vida personas que me motivaron y ayudaron de las formas más sincrónicas y alineadas, la magia se hizo presente en cada etapa. Incluso la
abuela Ayahuasca, oriunda de mi país natal, Perú, me convocó y también participó en el proceso de expansión mostrándome lo más elevado y lo más denso de las capas que me tocarían trabajar para ayudar a los demás en su despertar espiritual. A través de ella, mis ancestros pasaron sus bendiciones que activaron memorias estelares para continuar el servicio, esta vez de forma global.

Como ves, la expansión ha seguido su curso natural y llegado a lugares que nunca imagine. Una conclusión que queda clara de esta experiencia humana, y que deseo compartir contigo es: SIGUE LA VIBRACIÓN DE TU CORAZÓN Y EL UNIVERSO ABRIRÁ PUERTAS DONDE ANTES SÓLO VEÍAS MURALLAS.

Nota: Expreso mi gratitud a los chamanes, alquimistas y personas místicas que han cruzado mi camino, legándome semillas de su conocimiento y tradiciones de sanación a través de las plantas, el sonido, la vibración y la interacción con el campo cuántico.